segunda-feira, 30 de maio de 2016

FRANCISCO Y HEBE



Querida Hebe:

Parece que algunos se molestaron mucho por las dos horas que te dispensó Francisco. 

Quiero responder a las estupideces que dijo Casaretto, con el que cursé Teología en Villa Devoto, en los 60. Te aclaro que me ordené cura en el 65, y laburé cinco años en la diócesis nicoleña. Siendo de clase media, sentía en carne propia con dolor y rabia las injusticias de una sociedad hipócrita, y la necesidad de transformar ese mundo a la luz del Evangelio.  Adherí al Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo, pero me entregué de lleno a laburar con la gente más humilde en el interior de la província. Ciertamente mi camino fue bien diferente del de Casaretto, jamás el sacerdocio fue para mí sinónimo de “carrera eclesiástica”.

Siempre rebelde –gracias a Dios- en el 70 pateé el tablero, en San Pedro, donde había fundado una parroquia. La Providencia me colocó en una encrucijada: elegir entre la gente o la institución. No dudé y no me arrepiento. Elegí la gente. Militancia, exilio. En esta nueva etapa, sólo tuve contacto con dos personas  de la Iglesia, que además fueron mis maestros. El primero fue Pironio, un padre para mí. Lo encontre en Río en 1980, y como vivía en Brasilia, me pidió que entrase en contacto con D. Luciano de Almeida, Secretario de la CNBB. Jesuita como Bergoglio. Un santo varón con quien charlaba mucho. Los dos tienen en Roma proceso de canonización.

Todo esto, mi querida Hebe, para responder la bravuconada de Casaretto. Yo no lo conozco a Bergoglio, ya lo puteé igual que vos cuando fue lo del matrimonio igualitario, pero por mi experiencia con esos dos grandes  hombres de Iglesia de quienes te hablé, entiendo perfectamente su conversión en Francisco. Es un Pastor, que cuando los cardenales le confieren el timón de la nave para que la limpie de todas las inmundicias y la retorne al rumbo evangélico, adquiere toda la fuerza del mensaje liberador del Evangelio. Algo que los eclesiásticos de carrera como Casaretto, Sandri, Aguer y tantos otros Obispos no entienden ni en pedo. Por eso decís con toda razón que no confiás en los Obispos, y yo estoy casi seguro que Francisco tampoco confia (en lo social), porque sabe con qué hilos se hace el tejido. Francisco ha dado muestras clarísimas de que se guía no por preceptos morales sino por valores evangélicos. Es eclesial pero no clerical.

Como no son clericales para nada los curas de las villas, y cuando digo esto incluyo a tantos otros que no están en villas, pero son pastores, testigos del Evangelio que habla del hambre y sed de justicia. Jesús no nació en cuna de oro, sino en un establo. Su corona no era de oro sino de espinas. Entró en Jerusalén montado en un burro y no en un carruaje. A veces me pregunto: “será que estamos hablando del mismo Jesús que hablan estos tipos?” ¿Pastores que cuando los milicos genocidas mataban sus ovejas, miraban para otro lado? ¿Que ante el asesinato de sus Hermanos Obispos como Angelelli o Ponce de León se callaron la boca, y fueron cómplices de su muerte? Sí, cómplices. ¿Cuántos Judas hubo o hay entre los Obispos argentinos?

Los curas de las villas son Pastores que descubrieron en el Evangelio de Jesús la fuerza del amor por TODOS los hombres  y que saben que el Reino de Dios no comienza en el cielo sino en la Tierra. Así nos lo enseñaron en el Seminario. Cuando rezamos el Padrenuestro “venga a nosotros tu Reino...”  no estamos hablando del Cielo, ese que algunos pastores evangélicos venden con póliza de seguro. No. Hablamos del Reino de Dios que se inicia aqui abajo, y que implica luchar para que haya más justicia, más paz, más verdad en este mundo en el que vivimos. ¡Cuántos compañeros nuestros ateos, comunistas o agnósticos dieron su vida por estos ideales!

Francisco sabe muy bien de esto, y he leído textos suyos magníficos sobre el tema. Claro que los hipócritas como Casaretto o Aguer se hacen “los distraídos”. Representan a la Iglesia de los explotadores  que defienden los valores mundanos con un barniz cristiano, pero tan falsos como notas de tres pesos.

Para terminar, quiero rebatir el argumento que Francisco actúa así porque es “peronista”. Nada que ver, si militó de joven en alguna organización política forma parte de su pasado, como en el mío figura haber sido criado en el más feroz antiperonismo y haber estrenado mis pantalones largos en  aquella procesión del 11 de junio de 1955 contra Perón. Francisco actúa así porque cree en el Evangelio que profesa, conoce las bienaventuranzas y sabe que para Dios no hay legítimos o entenados, todos los hombres son hijos legítimos. El sello de la dignidad humana es universal, sólo la maldad del hombre hace que unos tengan mucho y muchos no tengan nada.

Hebe querida: Gracias por tu fuerza, tu coraje, tu entrega generosa y valiente. Francisco no te lo dijo, pero seguro que él también se siente más a sus anchas con los curas de las villas que con los prelados de púrpura o de morado. ¡Intuición, que le dicen!

Abrazo fuerte.

Eduardo Flores, ciudadano de la Patria Grande.

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