DE ESTATÍSTICAS Y OBJETIVIDADES

Escuché hoy a dos buenos periodistas discutir sobre datos, credibilidades, confiabilidad y otras yerbas sentimentales. 

Todo es relativo, ergo, ¿todo es valedero? 

Lo primero, correcto. Lo segundo, no tanto. 

Todo es relativo, o sea, hasta los datos más confiables y seguros, nunca llegan a expresar TODA la realidad. Apenas indican tendencias, análisis parciales, fotos momentáneas que la mayoría de las veces nos dan escalas. Las cuales cada uno puede interpretar bajo la influencia de su pensamiento ideológico. Porque la otra cosa que cuenta, y mucho, es que la realidad no es un blanco/negro, sino una zona de grises. Grises que son estratificados en porcentajes, porque no habría otra manera de graficar. 

Los datos más creíbles, aún en los países más desarrollados, deben ser confrontados o confirmados, en un cotejo empírico con la realidad. 

Pero a la inversa, no debo cometer el error de despreciar esos datos, porque la “encuesta” efectuada por mí entre aquellos que me rodean no me confirma esa tendencia. Y ahí escuchaba hoy aquel “yo, no lo creo…nos mienten…son todas mentiras…”,etc. 

Hoy leía en un blog una larga respuesta de un tucumano al payaso de Larrata que fue a Tucumán. El tipo no era un pro-Alperovich, pues reconoció varias cosas que el amanuense denunció. Pero luego enumeró todo lo que Larrata no dijo, vomitando una serie increíble de datos, que demuestran un cambio radical en el interior de nuestro país. Ahí se armó en el blog una larga discusión sobre el asunto, y me encantó un argumento de otra persona, replicando a quien pedía más exactitud en los datos aportados. Le dijo más o menos esto: “Si no lo crees, hacé una cosa. Examiná el video de Lanata, y buscá un video del 2001. Compara el rostro de los chicos que aparecen, y te vas a dar cuenta si cambió o no cambió…” Eso se llama un argumento apodíctico, “ad hominem”. 

Aguanto hasta donde puedo leyendo los argumentos de “la contra”, esos que se pasan tirando mierda escudados en las sombras del anonimato, o que son filmados en sus caceroleadas o piquetes finos. El grado de irracionalidad imaginativa o deturpación de la realidad está elevado a la enésima potencia. Parecen los “molinos de vientos” del Quijote. 

 Se llega a una triste conclusión: no les interesa una mierda las banderas que levantan, ni saben lo que están diciendo. Sólo les interesa chicanear al Gobierno de Cristina, para desgastarlo y cambiarlo. Todas las alianzas están en torno de ese objetivo, el acto moyanista lo ha puesto en claro. 

Este Gobierno tiene mil fallas, y una realidad compleja. Pero como nunca en estos años, tiene PROPUESTAS CLARAS y REALIZACIONES ESPECTACULARES, que muchos no creíamos posibles. Tanto en el orden nacional, como en el internacional. Hay problemas, sin dudas. Pero hay instituciones funcionando con autonomía, aunque hay quienes hablen de “unicato”. Hay gobierno. Hay gestión. Y hay una línea política de poner al Estado al servicio de la sociedad, y no de las corporaciones. Y alguna vez, ¡se hará JUSTICIA! Corrijo> ¡SE ESTÁ HACIENDO JUSTICIA!