domingo, 9 de outubro de 2016

Meditando en voz alta...


LA PATRIA GRANDE

A veces hay que llamarse a silencio para meditar sobre lo que nos sucede como colectivo, entender lo que está en juego, y encontrar propuestas superadoras, positivas. Trato de ordenarlas, con el afán de aportar un poquito de luz en medio de la oscuridad, si eso le sirve a alguien. Descarto de cuajo la tentación de quedarse em lamentos y llantos, porque son al pedo. Se trata de entender cómo es posible que nos haya pasado lo que nos está pasando.

También descarto la maldita costumbre de poner la culpa en los otros, sin hacer una autocrítica sincera y humilde. Eso de pasar facturas no sirve para un carajo, excepto vanidad de vanidades. No se sale de la mierda tirando mierda.

Pasé más de 60 días en Argentina, intentando entender lo que sentía el hombre común. Tuve la suerte de participar de aquella gesta heroica aquel jueves cuando la quisieron detener a Hebe  y a la semana siguiente a la marcha 2000 de las Madres. Y en este último mes y medio, gracias a la tecnologia que suprime las distancias, pude meditar desde Brasil las charlas de Cristina en ATE, en La Plata, en Quito y finalmente ayer en Atlanta. También acompañar a las Madres todos los jueves, ver a esas viejas polentas  vestir sus pecheras azules, haciendo suyos los gritos de los pibes indefensos cagados a palos por la Prefectura.

Quiero meditar en voz alta, si me permiten.

Aprendí en la vida que los humanos tenemos condición de sacar cosas buenas de las cosas malas. Las dificultades sirven para templarnos, y los errores para aprender. Esa disposición para asumir con humildad nuestras limitaciones, corregir con paciencia nuestras fallas y proyectar con esperanza nuestras futuras acciones.

Al grano.

Todos somos solidariamente responsables. Y tenemos la obligación de aprender los flujos y reflujos del proceso de liberación de nuestra América, para conseguir que el paso atrás sea para tomar envión y dar dos pasos al frente. Aprender lo que no conseguimos hacer y que se torna absolutamente necesario para consolidar la liberación de nuestros pueblos. Es verdad que lo que está pasando ya pasó en historia reciente y antigua también, y da bronca la estupidez del ser humano, la falta de memoria. Hay que descubrir el motivo por el que eso ocurre, para que no nos vuelva a acontecer. Los que en el 2001 reaccionaron por su bolsillo afectado por el corralito, chillaron, gritaron pero no entendieron un carajo lo que estaban viviendo. Las grandes gestas se hacen por la emoción, el sentimiento. Pero si no se acompañan por la convicción, no perduran  en el tiempo. Los seres humanos somos tanto grandioso como jodidos.

El foco.

Lo peor que puede pasarnos es perder el foco, gastar fuerzas en pavadas secundarias, hacerle el juego al enemigo, dejando que nuestro ego hable más alto que el proyecto colectivo. Ni gritos histéricos ni lamentaciones que no llevan a nada, porque con esas actitudes no aprendemos nada. Y aquí la consigna debe ser: de una vez por todas, tenemos que aprender.

La grieta.

Superar la idea que la grieta es peronismo-antiperonismo, o K-antiK. Es lo que nos quieren vender. La grieta está entre los que quieren un país para TODOS, igualitario e inclusivo. Y los que defienden un país estratificado que justifica los privilegios,  y donde es lógico que los esclarecidos o poderosos manden y la gilada obedezca. En la segunda visión, muchos de los que están del otro lado de la grieta estarían de este lado. Radicales, socialistas, si tuviesen princípios, no podrían nunca estar en el bando neoliberal y antidemocrático que manejan las corporaciones y el Imperio. Si lo están, es porque obran por su conveniencia y no por sus principios, que los acomodan conforme les convenga. “Peronistas” dialoguistas, idem.

Metodología errada.

Pero debemos preocuparnos por nuestros errores, no de los otros. Muchas veces nuestra militancia ha sido a lo “testigo de Jehová”...buscando convencer porque somos los poseedores de la verdad, los que tenemos “la justa”. Discurso al pedo, porque no forma. Eso no sirve para nada. Lo primero a hacer es salir de “nuestro mundo” y tratar de entrar en el mundo de la gente: escuchar, tratar de entender lo que piensa, y que descubran lo que está en juego. Esa postura y el testimonio de una solidaridad irrestricta, obtendrá que cada uno encuentre su camino, aún cuando no sea exactamente el nuestro. Pero sí en la misma dirección. En el punto final nos encontramos.

El sectarismo.

Los movimientos sociales y políticos no son sectas, sino grupos heterogéneos que tienen objetivos comunes, y que saben construir la unidad en la diversidad. La pluralidad es signo de riqueza siempre que se sepa separar lo fundamental-principal de lo accidental-secundario. Nuestras agrupaciones no son sectas, pero muchas veces tienen características sectarias, aunque sean implícitas. Sin superar esas contradicciones, terminan siendo un gueto, alejando a tantos que buscan lo mismo que nosotros, aunque desde otras posiciones.

Tarea militante.

Esa tarea no consiste en organizar a la gente, sino lograr que la gente se organice. Que surjan los liderazgos naturales y las formas independientes. Sin manipulación, sin “estrellismos”. Tenemos muchos dirigentes que buscan su pequeña cuota de poder, y lo que precisamos es dirigentes que ayuden a construir el poder popular, que no es el de manada y sí de asamblea. En eso hemos fallado rotundamente, y estamos como estamos. El nível de nuestra dirigencia es muy pobre comparado con el nível de nuestra militancia. Democratizar nuestras agrupaciones es todo lo contrario de “bajada de línea”. Error de los 70, repetido en la última década.

Ciudadanía.

Es la palabra que mejor define el país que queremos. Compañero, correligionario, camarada, compatriota, un país de ciudadanos emponderados. Que los hegemónicos usen “vecinos” no es casual...el mercado los llama “clientes”, los del pro usan “vecinos”. El concepto de ciudadano está mucho más referido a los derechos de las personas...El diccionario de la RAE lo define así: “Persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes” Miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos...un Estado presente, ciudadanos emponderados...
De esta forma retomaremos el camino que es lucha y tiene 500 años de historia. Con avances y retrocesos. Pero siempre avanzando, porque la historia no camina para atrás. En estos tiempos difíciles tomé por costumbre al prender la compu escuchar dos músicas de Teresa Parodi... Resistiendo y Canta compañero... “cuando todo se derrumba y te quedes en penumbra...no dejes de cantar...canta para hablarte lo que falta de coraje, y no te rendirás... no les entreguemos la alegría, compañero...que no crean jamás...que nos han dejado sin los sueños que soñamos...porque no es verdad...”
Por último, no caigamos en la superficialidad de cantar “volveremos” pensando en nuestras figuras, o emblemas, o una repetición de lo que vivimos en la última década. Construir una NUEVA mayoría significa que aprendimos nuestros errores y volveremos mejores. Con esa claridad que caracteriza a Cristina como el mejor cuadro político de nuestros tiempos, debemos luchar para que vuelvan las políticas públicas de quien gobierna para la gente y no para las corporaciones. Porque esa es la grieta, y sólo se supera acabando con ella.


Nenhum comentário:

Postar um comentário