Me importa un carajo el Papa como jefe del
Estado Vaticano, una excrecencia histórica que prefiero ignorar.
Me importa un pepino como Jefe del Catolicismo,
autoridad máxima de la Iglesia Católica a la que pertenecí pero hoy no siento
como parte de mi vida.
Me importa menos como líder religioso, de los
tantos que hay en el mundo. Aunque cumpla una función importante en el contexto
mundial, pero no viene al caso.
Pero sí me importa y mucho como discípulo de
Jesús y testigo de su Evangelio, cumpliendo su misión profética en la línea de
Juan XXIII y Paulo VI. Y en eso admiro su coraje al señalar el camino que
indican los principios evangélicos, sin importarse mucho con los “poderosos”
que se sienten “tocados”. Y sin temor de ser "mal interpretado".
Lo que para unos es “política” para otros es simplemente
“cristianismo aplicado”.
Por eso le digo a Francisco: “LADRAN, PANCHO. SEÑAL QUE CABALGAMOS!!!”
Gracias por insertar nuevamente a la Iglesia en
la historia de los pueblos. Jesús agradecido.
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