Encuentro hoy en La Nación una nota de Luis Majul sobre el tema “Si la Argentina sale campeón ¿Néstor Kirchner gana las elecciones y vuelve a convertirse en presidente?”
Me voy a permitir comentar y responderle, para eso estamos aquí. Dice Majul:
Me voy a permitir comentar y responderle, para eso estamos aquí. Dice Majul:
“Esta hipótesis, que ya se escucha entre formadores de opinión oficialistas, forma parte de un análisis apresurado y superficial que incluye otras dos ideas.”
¿Majul, cómo podés ser tan pelotudo y superficial? Recurrís a un artilugio muy poco periodístico, que es el analizar “rumores”...”se dice...” “se escucha...” Perdonáme, pero es poco serio analizar “versiones”...
Luego desgranás una serie de consideraciones históricas sobre el asunto...donde mezclás desde la Copa del 78 en plena dictadura militar, la Copa del 82 en la época de Alfonsín...me dejaste una duda...¿me la aclarás? Cuando decís con mentalidad panfletaria “Es verdad que los intelectuales y comunicadores que aportaron ideas al entonces presidente eran más escrupulosos y menos mercenarios que algunos de los que rodean a Kirchner ahora mismo.” ¿te referís al Coti Nosiglia?
Ahora la perla de la objetividad: en la comparación entre el gobierno radical de Alfonsín y el actual, te mandás la siguiente frase: “aquel gobierno radical controlaba la televisión y la radio, pero este tiene el Fútbol para Todos y una creciente corporación de medios oficial y paraoficial capaz de repetir hasta el cansancio una flagrante mentira hasta que muchos desprevenidos supongan que se trata de una verdad.” ¿Estás hablando en serio? ¡No lo puedo creer! ¿Vos sabés lo que es una corporación? Cuando te referís a “la costumbre de repetir hasta el cansancio mentiras flagrantes hasta que muchos desprevenidos supongan que se trata de una verdad” estás describiendo tu laburo y el de tantos otros “periodistas” y “profesionales de la comunicación” que están al servicio de las grandes corporaciones mediáticas, curiosamente todas ellas respondiendo a grandes capitales.
Sigamos. Ahí pontificás magistralmente “audaz premonición que sostiene que si la Argentina sale campeón Kirchner volverá a ser presidente es solo una más del conjunto de ideas...” Decime boludo, ¿vos no te diste cuenta que cuando los pibes cantan esa “premonición” apenas están “exteriorizando” un deseo...confiantes de la influencia que los resultados futbolísticos producirían en el humor de la gente? Estoy hablando de pibes, no de formadores de opinión. Estoy hablando de “boludeces” que se dicen al fragor del entusiasmo, no de análisis serios.
Sigamos con las superficialidades periodísticas que te mandaste en tu artículo de La Nación. Luego de reconocer que las encuestas reflejan “un cambio de clima”, interpretás que el triunfo de Ricardo Alfonsín y la foto del rejunte del peronismo disidente son “malas noticias para el kirchnerismo y sus incondicionales.” Gran Gurú, te equivocaste fiero. Una vez más, estás aplazado en interpretación de la realidad. Esa foto a que te referís es un símbolo de la vieja política, una vuelta al pasado que difícilmente los argentinos acepten. Marca un hito en la construcción de algo nuevo, diferente. No soy K ni incondicional mucho menos, pero defiendo este Gobierno que tiene huevos como para enfrentar a los poderosos, aunque lo presida una mujer. Defiendo las políticas de Estado que fueron implementadas, entre otras, enfrentar a tus poderosos patrones, y restablecer objetivos nacionales y populares.
Por último, estimado Majul, coincido con vos en que “los golpes de efecto solo duran lo que persiste la alegría después de un gol.” La diferencia está en que ese cambio de humor, esa posibilidad de dar vuelta la torta, no es un golpe de efecto. Vos mismo sabés que en ese sentido, este Gobierno no fue muy feliz o eficiente en su comunicación con la sociedad. Hay tres cosas que son las que están obrando ese cambio. Y te las adelanto para que las analicés.
La primera, que la gente se da cuenta que no está tan mal como le quieren hacer creer los falsos gurúes, y que hay toda una recuperación en marcha.
Lo segundo, hay políticas de Estado que responden a los intereses de la mayoría, avances importantes en lo que a calidad institucional se refiere, incluido el “pito” que la Suprema Corte le pasó a los políticos opositores que intentaron judicializar lo que democráticamente habían perdido en su terreno específico: el Parlamento.
Por último, la gente común advierte un Gobierno que labura ignorando los agravios, y una oposición de quinta categoría, que sólo sabe poner palos en la rueda. Uno a uno, con paciencia de Job, se fueron cayendo todas las postales falsas que nos quisieron vender.
Esas tres razones están muy lejos de ser golpes de efecto.
Cada día es más corto el hilo de las caretas con las que nos han vendido la mentira, pero todos los días hay un paf, y el hilo se vuelve a cortar.
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