Lo que para unos puede ser angustia, para otros es oportunidad de destilar su veneno, y para otros entre los que me incluyo, es serena convicción de que estamos en el rumbo correcto.
Por ahí andan la Chiche o el Colorado diciendo que Cristina está atormentada por los monstruos que ella creó, como si la delación, la traición, los intereses mezquinos, y la preponderancia de lo sectorial sobre lo colectivo no fueran inherentes al mundo político, desde que el mundo es mundo. Ocurre en las corporaciones, en los partidos políticos, em los movimientos sociales, en la propia Iglesia, que debería ser pura y casta y actúa como prostituta de lujo al servicio del poder. Sólo no sufren todo esto, aquellos que entran en esa actividad por juegos de conveniencias, y no de convicciones. Y sin decir que además de todo ese juego perverso, existen las presiones sectoriales, que son legítimas e inherentes a la gestión pública, pero que generan tensión y desgaste. Para todos esos pájaros de mal agüero, una sola respuesta: no sean boludos, Cristina no es como Uds. Si lo fuera, ya estaría en su casa de Calafate, ni siquiera viuda estaría, porque Néstor seguiría vivito y coleando.
Del otro lado, están los compañeros que mantienen su lealtad y confianza en el liderazgo de Cristina, pero que están temerosos de que la salud o las dificultades la lleven a pegar el portazo, e irse para casa. O simplemente no querer la reelección. Es un sentimiento totalmente lógico para todos aquellos que sólo reconocemos una única conducción, una sola garantía de que todo esto no se frustre y termine finalmente en un despegar para organizar un país moderno, pujante y JUSTO.
Pero calma, muchachos. Tenemos que aprender a ver las cosas de otro modo. En primer lugar, no mitifiquemos. Cristina no es super heroína, ni estará por siempre en el candelero. Pero es fuerte, corajuda, y especialmente, obra por convicciones que la acompañan toda la vida. Si algo dejó en imagen el discurso de J.C.Paz es que “no la van a doblegar fácilmente”, y que su fuerza no está en la dirigencia que la rodea, sino en la base que la acompaña y la sigue como líder. “Era” la yegua....pero ES LA JEFA, como aquella otra Jefa espiritual de la Nación.
Entonces, uno puede preocuparse, pero con confianza. Sabiendo que hay mucha tela para cortar, y buen pulso para hacerlo. Claro que todo puede ocurrir, nadie hubiese previsto que podía faltarnos Néstor. Pero tenemos Cristina para rato, Néstor nos va a ayudar desde arriba.
Entonces, uno puede preocuparse, pero con confianza. Sabiendo que hay mucha tela para cortar, y buen pulso para hacerlo. Claro que todo puede ocurrir, nadie hubiese previsto que podía faltarnos Néstor. Pero tenemos Cristina para rato, Néstor nos va a ayudar desde arriba.
Algún día Cristina se va a retirar, pero ella sabe que no es el momento ahora. Pero cabe a nosotros y desde ahora trabajar para que la suerte del proyecto nacional y popular no dependa de una persona, sino de una construcción colectiva. En la medida en que nuestros grupos de militancia maduren y se organicen, con auténtica representatividad, los tránsfugas y oportunistas que siempre existen tendrán menos campo de acción.
En momentos que se desatan las luchas intestinas, los intereses mezquinos y especialmente los dogmatismos absurdos de creerse dueños de la verdad, atrincherándose en sus propios corrales, es necesario que la gran masa del pueblo no acepte ningún corral, sino que pueda correr suelta por la pradera común, siguiendo exclusivamente el objetivo de todos.
Hay un proyecto que no es una propuesta, sino una realidad. A ser profundizada, pero realidad al fin. Sólo falta que los soldados –que también los hay, felizmente- se organicen y sean ellos quienes elijan a sus voceros, pero siempre recordando que “el mandato” procede de la base, y no de las cúspides.
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