
Históricamente, los peronistas tuvimos buena relación con el Coronel Kadaffi, en tiempos lejanos, por supuesto. Siempre encajando en la doctrina de Perón de la Tercera Posición, que luego sería pregonada en América Latina como Tercer Mundo, aparecieron esos militares árabes que inician en los 60 el grupo de los “no alineados”, con un fuerte tono antiimperialista, sustituyendo las antiguas monarquias por regímenes "nacionalistas".
Haya visto que los Estados Unidos bombardearon un palacio de Kadafi, matándole una hija. En esos viejos tiempos, el beduíno era un líder popular, que se manejaba en un medio totalmente incomprensible para nosotros como el de “las tribus”, pero que tenía posturas claras contra el imperialismo, y defendía una actitud de independencia y soberania frente a los poderosos de la Tierra. Ese era el Kadafi con el que Perón simpatizaba, el líder que recibía a militantes montoneros para ser entrenados en su territorio, y lamentablemente, también el que tenía buenas relaciones con López Rega.
Kadafi cambió totalmente, y en el 2003/2004 se pasó totalmente de bando, tornóse prácticamente un agente del Imperio, y fue mimado tanto por los States como por los europeos.
Quien cambió fue Kadafi, no los peronistas, que continuamos siendo un movimiento nacional y popular, sin animosidad contra los gringos pero celosos de nuestra independencia, orgullosos de nuestras virtudes y defectos.
Por eso en este final patético del antiguo jefe tribal, no tenemos nada que ver, a no ser lamentar por la población, condenar lo condenable, y saber interpretar correctamente la historia. Porque el Kadafi que está cayendo a los pedazos no es el otrora líder revolucionario. Es aquel que en una movida típica de buen ajedrecista, mudó el rumbo y pasó a ser mimado por el mundo occidental, terminando como un agente imperialista. Y un corrupto más, corrompido por más de 40 años de ejercicio del poder.
Pero ojo! muchos de los que hoy se horrorizan por las atrocidades del líder líbio, y toda esa prensa hija de puta al servicio del Imperio y sus cipayos, cuando tuvo que titular en el 55 el bombardeo a los civiles en Plaza de Mayo el 16 de junio, se cuidó muy bien de informar sin usar la palabra genocídio, ni siquiera que los marinos habían bombardeado civiles indefensos.

Está ahí la foto de Clarín, donde avisa que bombardearon “la Casa de Gobierno”. ¿Será que los marinos erraron tan feo, y las bombas cayeron en la Plaza donde se agrupaban obreros “armados de palos” por un error? ¿Alguna vez todos estos defensores del status quo admitieron que fue el inicio de un genocídio? ¡Y hoy quieren dar lección de moral, de democracia, de civilidad!
El beduíno puede ser que sea sanguinario, tiene mi total repudio y asco, y debemos tener irrestricta solidaridad con el pueblo líbio, que se haga extensiva a todo el pueblo árabe y persa (porque también está Irak en la volteada). Pero esa primavera de las Arabias debe ser respetada en sus formas particulares, y no querer imponerles nuestra democracia “occidental”, como pretenden hacer los gendarmes del mundo, bajo las órdenes del Tío Obama. Porque ese mundo occidental que pretende dar lecciones está viviendo un fin melancólico del capitalismo decadente, tiene una democracia formal, que mantiene las formas pero está corrompida en sus raíces. O creemos que el tándem Obama-Hillary con sus declaraciones aparatosas resume las garras del Imperio? ¿Será que el Capitolio, el Pentágono, las corporaciones, los fabricantes de armamentos y los magnates del petróleo no expresan también la influencia imperial, más allá de Obama y Hillary? ¿Quién proveyó de armas a Mubarak, a Kadafi, y a todos los Emiratos Arabes del Golfo? Y eso no años atrás, sino el mes pasado, cuando misiones comerciales americanas visitaban el Yemen y otros reinos de esas bandas?
Kadafi cambió de bando, y así terminó sin pena ni gloria. Los americanos no cambian de bando, y sus cipayos servidores de nuestra nación, tampoco cambian. Siguen iguales, corruptos y genocidas.
Y nosotros, nosotros tampoco cambiamos de bando, seguimos defendiendo los intereses de nuestro pueblo, reinvindicando a nuestros pueblos originarios, asumiendo nuestro papel de “criollos” de pura cepa, en el alma. Defendiendo la barbarie de la civilización. Porque la nobleza está en los "bárbaros", y la corrupción en los "civilizados".
Ni cómplices del presente, ni acomplejados por el pasado. A lo sumo una oportunidad para entender mejor las miserias humanas y la complejidad de otras culturas. Pero con una palabra que muchos desconocen, pero que hacemos cuestión de valorar como fundamental: COHERENCIA.