Es jodido estar lejos, uno se siente con las manos atadas. Teníamos una esperanza enorme de que la diferencia fuese menor, para poder remontarla en la segunda vuelta. Pero también estaba la posibilidad de que una vez más, los capitalinos le dieran la espalda al país que siempre ignoraron, y ensoberbados con sus ínfulas de superioridad, no le diesen bola al total abandono en que se encuentra la Ciudad, y prefiriesen quedarse con su voto de protesto anti K. Una simple cuestión de no dar el brazo a torcer. Total todos ellos saben que el desastre de Macri no les llega, pues su salud, su educación y sus privilegios están garantidos por una política económica que independe de la Ciudad. ¿Y el despelote del tránsito? ¿El descuido de las calles y plazas? Ah….eso es culpa de los piquetes diarios, de los bolitas y los paraguas.
Es lamentable, pero es así. Por eso muchos de los que ayer votaron a Mauricio, en octubre la votan a Cristina. Porque son “anti” pero no son boludos. Y saben que con esa oposición que está ahí, se produciría un salto al vacío. Aunque después de votar, en octubre, se laven las manos con alcohol. Porque el bolsillo manda.
Pero vamos a lo que interesa. Lo único que quedó probado este domingo es que nuestra lucha es por un cambio cultural, y eso lleva su tiempo. Y ese cambio cultural no es sólo cuestión de una clase abastada. Hay grandes sectores de barriadas populares que precisan un cambio de mentalidad. Porque el egoísmo individualista abunda más entre los ricos, pero no es exclusivo de ellos. Hay muchos que desde el barro, sueñan con salir del mismo, pero pisarían a los que continúan abajo.
Y creo que la lección que debemos aprender es que algo hemos hecho mal, para que sectores de clase media baja lo voten al tilingo de Macri. Creí escuchar ayer en la radio que en Mataderos Macri había dado una paliza. Puede haber razones específicas para eso, pero es difícil de entender.
De cualquier manera, dos conclusiones:
En primer lugar, no subestimemos el poderío de la prensa mediática. Para nosotros y el medio en el que nos movemos, ellos han perdido su fuerza. Pero para mucha gente común, sus mentiras, bajezas e incoherencias continúan siendo creíbles. Hay que hacer algo para que ese daño sea menor.
En segundo lugar, se perdió una batalla pero no la guerra. Hay un 30% que defendió el Proyecto en la CABA. Cuando uno actúa por convicciones, que responden a ideales, no hay como defeccionar en la lucha. Siendo concientes de lo epopéyico que sería conseguir dar vuelta ese resultado, es nuestro deber poner todo el entusiasmo en lograrlo. Y si no lo conseguimos, seguiremos batallando para que la gente no sea boluda, piense con el corazón y no con el bolsillo, y busque el bienestar de TODOS , y no sólo el propio.
Mucha fuerza para enfrentar la ola que se viene. Envalentonados con el triunfo de ayer, el niño compadrito ya sueña con influir en la elección presidencial, y los jetones cuyos candidatos no llegaron ni al 2% quieren usufruir del triunfo amarillo. Dan lástima. Ni en pedo logran nacionalizar el posible triunfo que puedan tener el 31 de julio en la Capital. Pueden ganar Santa Fe y Córdoba. Pero en el resto del país, son inexpresivos.
¡Arriba el ánimo, compañeros! Con perseverancia. Cuando es la hora de sembrar, no es correcto querer cosechar. Y hasta el 23 de octubre, es tiempo de siembra.
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