¡DESPIERTEN, PORTEÑOS!

El próximo domingo 10 de julio, una gran esperanza de que la gente de Capital exprese con su voto, lo que dice este cartel de campaña:

Es verdad que los porteños son medio raros. Para una gran parte de ellos, la Nación termina en la General Paz. Creen que su situación de privilegio los hace mejores, como si fuesen ciudadanos de primera, y el resto, ciudadanos de segunda. Pero independientemente de la verdad que pueda haber en ese caracterización del “porteño”, hay algo que no podemos ignorar: para conseguir el despegue del Proyecto Nacional, consolidando el proceso de transformación que la Argentina está viviendo desde el 2003, es necesario sumar a la Ciudad al esfuerzo del colectivo nacional.

Fin de campaña, grandes incógnitas y una serie de escándalos de “mala praxis” electoral, propia de países de 5ª categoría. Pensándolo bien, esas maniobras parecieran un manotazo de ahogado. Lo que me lleva a pensar, como optimista persistente que soy, que los cumpas Filmus y Tomada están mejor posicionados que lo que nosotros pensamos y las encuestas indican. El niño malcriado se siente amenazado, y como su “espíritu republicano y democrático” no conoce lo que son valores éticos, recurre a bajezas y torpezas para obtener lo que debería conseguir con ideas, proyectos o realizaciones. Especialmente estas últimas, ya que está buscando su reelección. Pero "obras" brillan por su ausencia.

En la farándula y en los ambientes mediáticos están acostumbrados a los globos, a las burbujas. Se guían por las apariencias, y la idea de felicidad, bondad o bienestar pasa siempre por la posición egoísta de quien se importa exclusivamente consigo mismo. No se preocupan en SER, simplemente se esfuerzan en la IMAGEN que transmiten o el comentario que suscintan.

Pero es más triste aún cuando ese espíritu frívolo de vedettes malparidas llega a la función pública, reemplazando políticas de Estado por un vaciamiento de lo público y sustituyendo la palabra “ciudadanos” por la de “vecinos”. Parece joda, pero es muy grave. Porque justamente es la negación de los verdaderos valores republicanos. En latín, res publica significa “la cosa pública”. El valor del conjunto sobre el individuo, de la totalidad sobre la parcialidad.

Pero hablar de todo esto frente a un ignorante como Mauricio Macri es hablar al pedo. Entonces, que quede registrado mi deseo de que les salga el tiro por la culata, y que todas esas maniobras espurias de niños malcriados abran los ojos de los porteños, que deberían tener un poco más de autoestima y considerarse con derecho a ser gobernados decentemente.

El domingo a la noche, sabremos si esas campañas sucias surtieron un efecto positivo, o al contrario, sirvieron para darle a Filmus el envión que necesita para sumar la Ciudad al Proyecto Nacional. Y ahí sí, quiero ver lo que va a hacer el Pinocho egocéntrico, junto con el 10% que lo va a votar. Porque uno no desiste de esperar que esa izquierda tola termine cayendo en la real, y poniéndose del lado del Pueblo, y no de sus opresores. Algo que el 31 de julio podrán poner en práctica, ¡si Dios quiere!