¿CONTROL ESTATAL?

La moneda del Imperio

Algunos dan grititos histéricos, invocando su carácter decente e inocente. Claro que sus parámetros para esa clasificación son muy subjetivos. Generalmente los tránsfugas y malvivientes no tienen nociones claras sobre lo podrido que son. Ellos siempre se consideran “limpios”.

Pensemos un poco: ¿está mal que el Estado cumpla su papel de control en la sociedad?¿Acaso aquellos que reclaman por la inseguridad no están pidiendo un Estado más presente y garante de la cosa pública?

Comparar la actual coyuntura como “un corralito” es una hijaputez mayor que el continente latinoamericano. Convengamos: en el corralito, el Gobierno como medida extrema por causa de su artificial política del 1x1, se adueñó de TODOS los activos financieros de TODOS los argentinos.

En este momento, el único que puede reclamar es el EVASOR de impuestos.

Quien no debe, no teme. Y puede hacer su trámite normal. Pero lo que el Gobierno está implementando es una política de control estatal sobre los movimientos financieros, con la finalidad de que la crisis internacional nos dañe lo menos posible. Eso no está ocurriendo sólo en Argentina. Brasil ha adoptado medidas protectoras, se ha hablado de un blindaje colectivo de la América del Sur, para que los efectos de la crisis capitalista sea la menor posible.

¿Cuántas empresas multinacionales están instaladas en nuestros países? En la época de la Conquista, los indios americanos permitieron que nuestro oro y plata cruzara el Océano para que la Europa muerta de hambre y enferma se repusiera y volviese a épocas de esplendor. ¿Sería lógico hoy permitir que ocurra lo mismo, a través de los royalties y remesas de lucro de las sucursales para las matrices?

Tanto en Brasil como en Argentina, la oposición pronuncia discursos de mal agüero, preanunciando que la crisis nos impactará de lleno. Es lo que ellos quisieran. Ahí está el pobre de Binner reclamando “diálogo” para la crisis. ¿De qué diálogo está hablando? ¿Acaso somos colonizados mentales? Nosotros hicimos nuestro camino para salir del infierno…el mismo infierno que hoy los europeos están viviendo. Y salimos dando la espalda a las recetas del FMI que hoy ellos insisten en querer aplicar a todo costo. ¿Qué podemos hacer, si no es advertirles que por ese camino no lograrán salir de una crisis que cada día parece más terminal? Pero además blindarnos entre nosotros, y junto con los otros países emergentes donde la crisis es lateral (China, India). Ese es el diálogo encarado por el Gobierno, además de las medidas para proteger a nuestra producción y al empleo.

Cada vez queda más claro qué es el modelo que defendemos. Es lo nacional frente a lo foráneo. Y una globalización entre iguales, con aquellos que nos interese. Pero inmunidad ideológica frente a cualquier postura colonialista de siglos pasados.

Si los gobiernos europeos y el seudo progre americano quieren seguir siendo marionetas de los grupos financieros que manejan la política, es problema de ellos. Felizmente nuestros pueblos sudamericanos, en esta etapa, en su gran mayoría y con matices diferentes, comulga un principio fundamental: la política debe hacerse pensando en nuestra gente, más precisamente pensando en esa mayoría silenciosa y sufrida, que siempre fue ninguneada* por los factores de poder.

¡América de pie! no es hoy una simple frase. Es una hermosa realidad, que muchos soñamos desde nuestra juventud, y que hoy se concreta.

* ninguneada = ignorada olímpicamente.