Pasé varios días sin escribir, porque realmente me tienen podrido. Parece que todo huele a mierda, y uno se cansa del mal olor. Uno ve que juegan con valores morales, sentimientos, y lo que es peor, sufrimientos de la gente. Mienten, distorcen, ocultan, ningunean. Y en ese cambalache montado por una oposición de 5ª. categoría y la midia monopólica, uno siente la repugnancia de ver cómo se superficializan los temas, cómo se usa a la gente, cómo se bastardea…es sólo ver el show Shocklender para confirmar que las bajezas de políticos como la Caamaño o la Bullrich no tiene límites.
Pero lo peor que nos puede pasar es que esas figuras del pasado nos marquen la agenda de discusión, de temas, de diálogos. Es jodido, porque el mundo entero está en situación conflictiva, y nadie tiene la justa de nada. Uno tiene claro los objetivos, pero el camino a seguir es como una senda a desbravar en el medio de la selva. Entonces los esfuerzos en responderles a esos energúmenos deben ser derivados para avanzar en el sentido que estamos caminando. En estos momentos, la bandera de la ley de tierras debe ser motivo de una campaña como lo fue en su momento la ley de medios, o el matrimonio igualitario. Para que aquellos enanos mentales que niegan sus principios de toda una vida porque ahora lo propone el oficialismo queden desenmascarados delante de la sociedad como un todo.
Dejemos el cambalache para los cambalacheros. Y movilicemos para encontrar el camino, en el diálogo, en el aporte, en el compartir ideas y buscar soluciones para los problemas concretos que la gente tiene. Seguir avanzando, porque como están las cosas, es la mejor manera de que en Octubre Cristina llegue a tener un 60%, para tener la fuerza necesaria para los grandes cambios que son necesarios ir haciendo de a poco.
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