Sin comentarios. Si algo faltaba para facilitar el triunfo de Cristina en octubre, los radichetas acaban de dar una mano, prefiriendo la rosca y el cálculo a la coherencia y a un proyecto. Son tan burros o tan necios que no aprenden con los errores del pasado.
En octubre veremos los pingos en la cancha, pero algo me dice que una gran mayoría de la gente común se va a acordar muy bien de todo aquello que pasó, y no va a querer volver atrás.
Realmente, Ricardito, mostraste la hilacha. Una vez más, los radicales no son confiables. Y como dijera el General: no es que nosotros seamos muy buenos, es que los otros son muy malos...
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