sábado, 20 de agosto de 2011

ASÍ QUEDARON:


Son autodestructivos. Confesadamente mentirosos. Absurdamente apocalípticos. Viven en sus micromundos imaginarios, de tanto decir sus eslogans, terminan creyéndoselos. Tan encerrados en sus manías megalómanas, cuando se chocan con la realidad, se enloquecen. Dieron y continúan dando el triste espectáculo de morderse entre ellos, justamente porque todos ellos bailan por un proyecto personal de poder, y la gente les interesa una mierda.

El aluvión zoológico los sepultó en las PASO, pero están ahí, chapoteando en el barro queriendo levantarse, no desisten de sus maldades.


Son patéticos, pero ¡Ojo! no pueden distraernos ni confundirnos. Quieren hacernos creer que es importante para la democracia que el oficialismo no vuelva a tener mayoría en el parlamento, para no caer en el poder absoluto. Sólo que ellos se cansaron de probar en estos dos años que han tenido mayoría parlamentaria que no sirven para nada, a no ser para poner palos en la rueda. Pero es positivo que lo hayan planteado, pues nos alerta sobre la necesidad de llegar a un 60% en octubre, que sería lo que se precisaría para contar con un Parlamento que acompañe al Ejecutivo para profundizar el modelo. O sea, vamos por más.


A los colifatos no hay que darles mucha bola. Nuestra tarea militante es continuar profundizando los motivos por los cuales ese 50,7% de argentinos optó por Cristina: La igualdad. La inclusión. La posibilidad del trabajo como recuperación de la dignidad humana. La gestión de lo político como prioridad de lo colectivo sobre lo privado. Gobernantes que laburen para la gente, y no para los grupos de poder. Y convencer a la gente que no es sólo cuestión de poner el voto. Es necesario movilizarse, organizarse, para defender lo que es de todos.


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