¿CONFRONTACIÓN O DIÁLOGO?

Argumento remanido ese de invitar al diálogo superando la confrontación que algunos invocan cuando no quieren que se trate un tema. Hasta la Chiche en su paupérrimo discurso en la maratónica sesión, acudió a ese argumento, queriendo culpar a los K por provocar esa discusión “al pedo”. El mismo Cardenal que salió a confrontar con el Diablo en la Guerra Santa, poco tiempo atrás aparecía armando un documento con una cogotuda nata menemista-duhaldista que era todo un llamado a la conciliación. Ellos dirían un término que adoran: reconciliación.

Pues bien, hay que decirlo con todas las letras. SON UNOS HIPÓCRITAS. Porque ese argumento es utilizado exclusivamente cuando hay cosas que ellos no quieren que se planteen, para que todo continúe como está. En la Argentina siempre fue así, y las cúpulas siempre estuvieron del lado del status quo, porque claro...es lo que a ellos les conviene.

Los confrontos no los crea nadie. Ellos están en la realidad, si uno la quiere percibir como ella es, no como la pintan. La injusticia viene de lejos...y viene de arriba. ¿Qué verso nos quieren hacer creer? ¿El espíritu occidental y cristiano? ¿La civilización de la espada sangrienta de Julio Argentino Roca, a la cual le pusieron una Cruz que era la propia negación del Cristo verdadero? ¿Por qué vamos a dejar que unos pocos sigan adueñándose de lo que es de todos?

La imagen de la reconciliación parece generosa, pero para ser auténtica tiene que haber un previo arrepentimiento de quien actuó mal. Si no hay arrepentimiento, no puede haber reconciliación, apenas sería callar o aceptar una injusticia.

No es poniendo la basura debajo de la alfombra que se arreglan las cosas. La paz que buscamos no es la de los cementerios, y sí la paz de las tensiones EN EQUILIBRIO. Miren que fácil es la cosa; Queremos equilibrio entre lo personal y lo comunitario, equilibrio en la distribución de la riqueza, equilibrio en la vida social, cultural y democrática. ¡Equilibrio especialmente entre las regiones de este país!

Pero hay que darle a las cosas el nombre que tienen. Hacer diferente es un engaña pichanga. Hay que tener convicciones, no conveniencias. Los políticos flojos que tenemos es porque son unos flanes que van para cualquier lado, o mejor dicho, van para donde calienta el sol.

Faltan pocos días para un aniversario más de la muerte de Evita. Creo que en esa mujer se sintetiza magistralmente nuestra conducta militante. Y estoy seguro que puede ayudarnos, y mucho, a conseguir que las cosas cambien. No es fácil, pero tampoco es imposible.