terça-feira, 15 de março de 2011

A LOS BOINAS BLANCAS NO LES VENDRÍA MAL UN POCO DE AUTOCRÍTICA


Los radicales son siempre, un signo de contradicción. Eso sería bueno si esa contradicción fuese entre un testimonio auténtico, una política coherente, o una gestión eficiente. Pero no. La contradicción de ellos es entre el parloteo que tienen, y las prácticas que mantienen. Eso hace posible que el apoyo explícito, el viaje para la foto del “triunfo” esperado, el silencio cómplice frente a las distorsiones, (si es que las pensaba), de repente, sin escrúpulo ninguno, para Sanz se transforma en “autocrítica” que no es tal, apenas el recitado de cosas teóricas: con las fórmulas tradicionales, con lo de siempre y mirando sólo hacia adentro, nos quedamos a mitad de camino; por eso hay que innovar y ser capaces de arriesgar. No hay que ser muy lúcido para percibir que es todo un parloteo al pedo, sin asidero en la realidad en lo más mínimo.

El otro pre-candidato. Leemos: Ricardo Alfonsín se desentendió del mensaje de la elección. Sostuvo que el Frente Cívico y Social hizo una “gran elección”, ya que sacó los mismos votos que obtiene históricamente, pero que en esta oportunidad fue derrotado porque el Frente para la Victoria se unió con Luis Barrionuevo y Ramón Saadi. ¿Será que nadie le avisó a Ricardito que Barrionuevo hizo lo posible, a través de su hermana, de embarrarle la cancha al FpV? Si sacó 2% de los votos, es prueba de que el peronismo federal es una fantochada, que el peronismo de la gente se encolumna atrás de las banderas históricas, que son justamente las que enarbolaron Néstor y Cristina. Y si Saadi se retiró de la disputa y terminó apoyando a Carpacci es por una razón muy simple. En el peronismo, lo que siempre termina mandando es la gente. Hubo épocas en las que no fue así, es cierto. Hagamos la autocrítica, que es bueno. En los 90, los caciques peronistas manejaban a la gente como si fuera un rebaño, repartiendo bolsitas de comida como una dádiva, y hasta dando notas de dinero por un voto. O pagando las cuentas de luz del pobrerío. Y eso no era peronismo. Porque el verdadero peronismo es aquel que enamoró al pueblo con un mensaje distinto de liberación, aquel donde lo que se repartía no era dádiva sino una restitución justa de lo que se había “chupado” históricamene. El peronismo de Perón y Evita (y ojo que no hablo de Perón/Isabelita) era sentimiento pero era convicción de que había llegado la hora de construir una Nación con un pueblo feliz, y digno. Y oh curiosidad, es lo mismo que despierta el liderazgo de Néstor y de Cristina.

Entonces Ricardito, no fue ni Barrionuevo que ese es un cadáver muerto, con apenas 2% de los votos, igualito que su compinche Duhalde. Ni fue el piola de Saadi, que vio por donde venía la mano, y se sumó a la marea. Como tantos otros que hoy se suman al liderazgo de Cristina, porque saben que es un “tractor” electoral. Y bueno, aprendiendo del Perón estratega, uno se sonríe y acepta esas miserias humanas, confiantes de que el asunto no pasa por las dirigencias que son transitorias. El asunto pasa por la gente. Que cuando ve un faro que ilumina, la tiene clara. Que es lo que está ocurriendo ahora.

Ah, Ricardito también reconoció que los partidos de la oposición están “dándole una ventaja” al oficialismo al no definir todavía su candidato a presidente. Superficial, Doctor. Lo que la gente le diría es que el problema no está en no haber definido aún el candidato, sino en toda la postura de una oposición mediocre, mezquina, que se dejó dominar por un lenguaje amargo y resentido, unida artificialmente por un odio, sin propuestas constructivas, sin reconocimientos sinceros de aquello que estaba bien, sin bajar banderas de toda la vida, por mero oportunismo político.

Por último, una respuesta para la autocrítica del Intendente cobista de Junín, Meoni. Dijo esto:
El radicalismo tiene que replantearse su política a nivel nacional porque si no hoy no hay ninguna posibilidad. A la UCR le falta audacia y le falta novedad”, analiza Meoni. Para el intendente cobista, la derrota no afectará en gran medida al vicepresidente, ya que el gobernador no era muy cercano a Cobos. (¿hablás en serio? no afecta porque está claro que el Vice es NADA, y la nada no puede ser afectada…)
En el replanteo de su política a nivel nacional, totalmente de acuerdo. Uno quisiera que en las huestes del partido centenario, hubiese más Lebensohns que Alveares. Pero lo que falta no es audacia o novedad, lo que falta se llama HONESTIDAD, AUTENTICIDAD, PROFUNDIDAD. Nosotros los peronistas no somos dueños de lo NACIONAL Y POPULAR. ¡Por supuesto! Pero no vamos a las embajadas a pedir la ayuda de potencias extranjeras, para que interfieran en los asuntos internos.

Tal vez quien mejor definió la autocrítica radicheta fuera Leopoldo Moreau, pero con una pequeña diferencia. Ya la explico. “Se provincializó la elección, se impidió la presencia de dirigentes nacionales (salvo para hacerlos compartir los costos de la derrota) y se mostró la cara de la soberbia”. Para el dirigente bonaerense, la derrota en Catamarca significó “un síntoma más de un largo proceso de deterioro de la identidad radical.”
Concuerdo en género, grado y número. Pero el problema no queda restricto al ámbito catamarqueño. Esa es la autocrítica que los radicales deberían hacerse a nivel nacional. Hay un largo proceso de deterioro de la identidad radical. Y yo substituiría la expresión “cara de la soberbia” por “cara de la hipocresía”.

Y mientras Uds. siguen en la incoherencia de no vivir lo que predican, nosotros los “negritos de mierda” corremos atrás de un sueño: vivir en una Patria más justa, más libre y más soberana. Pero de verdad, y no de mentirita.

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