segunda-feira, 28 de março de 2011

LA POLÍTICA

Las viejas prácticas de la política tienen que ser dejadas de lado...

1º La política no es avenida de mano única, sino de doble mano. Y el comienzo debe darse de abajo hacia arriba, y no al inverso. La representatividad de los dirigentes se la da la gente, y no “el referente” nacional o provincial, que “pone la guita”, y le da la representación de un espacio, o sello, o como mierda quieran llamarlo. El dirigente local se torna “representante de”, es el que “llega arriba”, tiene acceso al “poder”, y así consigue siempre un grupito que simpatice con él, y se ofrezca como al mejor postor. Es la política de arriba para abajo, pero es de una representatividad viciada de nulidad.


Laburo político es reunir a la gente, motivar a la gente, y provocar a que ella misma se exprese, se organice, y participe. De tal manera que los delegados que de ella surjan sean los que llevan arriba los sentires y pensamientos de abajo. ESO ES POLITICA. Quien acompañó el crecimiento del PT brasilero sabe que es perfectamente posible, inclusive la convivencia de líneas diferentes, que saben compartir en diálogo y discusión un mismo ideário.

2º La política siempre encaja en una problemática social, la vocación política debe de ser una vocación pública. Hasta las aspiraciones individuales más legítimas del ser humano son insuficientes como motivo de una participación en política, porque esto exige un horizonte público. Si un joven recién casado, con legítima aspiración a tener una casa, quisiera hacer algo, que se busque una cooperativa con ese fin. Pero para participar en política, él tiene que querer trabajar para que todos los que están en su condición accedan a una vivienda digna. Esa es la diferencia.

3º La política tampoco es asistencialismo. Prometer cosas, dar cosas, como queriendo comprar la adhesión de la gente. Claro que las políticas públicas tienen que estar orientadas a la gente, de eso no hay duda. Pero son políticas públicas, son medidas estructurales con objetivos concretos, son leyes o normas que tienen un sentido determinado. Una cosa es una política redistributiva que busque achicar las diferencias, y otra una política concentradora de renta, que busque aumentar el foso en la sociedad de los que mucho tienen, con los que tienen poco o no tienen nada. El “clientelismo” –y la inmensa mayoría lo practica- es intrínsecamente la negación de lo político. Y no se puede tolerar de ninguna forma. Ni pagar las boletas de luz, ni repartir boletas con billetes dentro..

4º La política no puede ser improvisada. No puede estar en la base de “imágenes” y operativos de prensa. Tiene que partir de un respeto a la gente, pero también de un respeto a las instituciones. Aun cuando éstas sean imperfectas. Quien maneja lo público no puede hacerlo como una empresa privada. Deben ser otros parámetros, donde permanentemente el dirigente debe privilegiar lo público sobre lo privado, los intereses de todos sobre los intereses de algunos. Pero además, no hay política sin planificación, y no hay planificación sin encuestas o estudios concretos.

5º Los liderazgos políticos no son carismáticos puros, sino una mezcla de liderazgo y proyecto, alguien se gana respeto y admiración porque es capaz de encarnar un proyecto con el que se comulga. Es el proyecto que Perón esboza desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, lo que produce una identificación de la masa con el Líder, generando un 17 de Octubre y comenzando una historia nueva. Ocurre lo mismo con Néstor y Cristina. Tienen un liderazgo reconocido cuando siendo coherentes con sus ideales, no los dejan en la puerta de la Casa Rosada. Y Néstor manda bajar el cuadro del represor. Y se pelea con medio mundo, haciendo valer el mandato que le dió la gente. Y así recupera el sentido de la política al servicio del pueblo, y no de los grupos de poder.

6º Para terminar, hay que tener presente que no importan ni sellos ni siglas, importan realidades. Son muchos los jóvenes y no tan jóvenes que quieren participar, que quieren sumarse. Pero los jóvenes no están para que los “viejos” los usemos de forro. Claro que la experiencia vale, pero el trasvasamiento generacional del que nos hablaba el General supone que los jóvenes no sólo sean escuchados sino muy tenidos en cuenta, para no repetir los vicios del pasado. Y la puta si hay vicios malditos!

7º Entonces es hora de irse reuniendo aquellos que se sienten unidos en este Proyecto Nacional y Popular, ir organizándose en grupos, ir discutiendo, ir haciendo cosas. Ir dialogando con otros. Hoy, los aparatos no sirven. Cuando uno analiza el historial de la dirigencia local, y ve esa efervescencia juvenil que está irrumpiendo, siente como que hay algo que no bate. Pero hay que tomarlo con calma: si no nos vencieron los milicos, mucho menos los burócratas.

El río termina siempre encontrando su cauce.

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