sexta-feira, 18 de março de 2011

PAREN DE HABLAR BOLUDECES...


Este fin de semana llega a Brasil B.O. Y el hecho de que venga a Brasil y no a Argentina levanta una tremenda polvareda en la prensa mediática argentina. Permítanme darles mi opinión, con el aval de quien hace 35 años vive en el Brasil, y cree conocer algo este pueblo, y su ideosincrasia.

Hay sólo una razón por la cual Obama viene al Brasil. Llámase “oro negro”, vulgo “petróleo”. NO HAY NINGUNA OTRA, fuera que las características del brasilero le permitan una linda operación de “garoto propaganda” en la Ciudad maravillosa, com mulatas, fútbol, y pobrerío en estado de transición al mundo civilizado. Algo que no le viene mal com tanta contra interna y tanto despelote, especialmente en sus socios del Oriente.

Posiblemente los argentinos piensen que ese asunto del “pre-sal” fue jugada de marketing de Lula o del PT. No, amigos. La cuenca petrolífera que fue descubierta debajo de la camada de sal convertirá a este país en uno de los mayores exportadores de petróleo a nível mundial. SIN JODA. Además está en sus comienzos la explotación de esa cuenca, es superinterés de los americanos poder participar inclusive en la explotación de ese petróleo. Para un país jaqueado por todos los lados en los países que lo abastecen, el Brasil suena como una enorme tentación de encontrar una salida a futuro. Y es esa y no otra la razón del viaje de Obama.

Y los brasileros lo van a recibir con todo su pragmatismo. Pero con un realismo enorme, pueden estar seguros. El pueblo brasilero, históricamente, nunca tuvo actitudes hostiles de palabras o eslóganes, pero SIEMPRE tuvo un pie atrás con los gringos, siempre y a todos los niveles, una desconfianza. Si hay algo que el brasilero no tiene es una mentalidad “colonizada” de considerarse inferior frente a la gran potencia. Porque cuando no conseguía sentir eso en áreas tecnologícas o industriales, pensaba que al menos, en el fútbol eran bien superiores a “los gringos”. Un problema de auto-estima.

En época lejana en la que gerenciaba una pequeña empresa de alta tecnología en el área del transfer, había muchos diseños americanos licenciados, lo que hacía que todos los años tuviésemos la inspección de los gringos. Siempre se quedaban boquiabiertos. Por las cantidades en juego, y también porque por ser procesos que en aquel momento eran de avanzada, teníamos que hacer todo. Nuestras tintas, nuestras resinas, nuestros procesos. Y obteníamos el mismo resultado, o hasta mejor.

Por eso, casi todos los comentários de La Nación son puras boludeces. Quien estuvo más cerca del comentário sobre la visita de Obama fue Página 12, en su artículo de ayer.

En primer lugar, remarca el aspecto comercial de la visita ya en su título: “Brasil puede ser un socio importante de EEUU” sería la frase puesta en boca de Dilma. ¿Y qué más la Dilma dijo? Pidió a Washington abandonar la idea de uma “Alianza para el Progreso” (años 60, mero asistencialismo para el patio trasero del Imperio) Pero sigue Dilma: “No somos más aquel país. Brasil debe ser mirado de forma seria por Estados Unidos....” quiso decir: de igual a igual.
Y como si fuera poco, realizó un llamado de atención por Guantánamo y abogó por la defensa de los derechos humanos en Estados Unidos, Irán o Brasil.
¿Ya se imaginaron como le debe caer a un yankee que le recuerden los derechos humanos?

Por último, un comentario sobre el carácter de “estrella pop” que le quieren dar a esta visita, especialmente en Río. Entra en el ámbito de los sucesos mediáticos, o de marketing. Artificiales e insulsos como un almuerzo de la Legrand, o un programa de la Susana. Pero aún así, el acto-show programado para la plazoleta de la Cineilandia (sería como el Obelisco en Bs.As.) fue cancelado y pasó a ser un discreto acto en el interior del teatro, para reducida asistencia. Pena porque me iba a divertir mucho viendo el espectáculo del Gran Líder Universal hablando en inglés, especialmente si estuviese en uno de esos bares del suburbio, donde suele estar “o povão” (populacho). ¡Los comentarios de los parroquianos iban a ser fabulosos!!

La Compañera Dilma tiene un historial de coherencia. Lo que no le impedirá ser gentil, diplomática y negociadora para los intereses del Brasil. Pero estoy seguro que va a tener la misma dignidad que Cristina tendría, en colocar primero los intereses nacionales y no los ajenos. Porque si bien los brasileros no son tan “estridentes” como los argentinos, igual que éstos, no “comen vidrio” y hace rato que están convencidos que sólo salen del pozo, si todos salimos juntos. El sueño de ser una isla de opulencia rodeada de un desierto miserable puede ser propio de enfermos mentales, que existen sí. Pero no es propio de un pueblo noble, sufrido y especialmente consciente de que su mayor riqueza está en la diversidad.

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