Todavía uno tiene la sangre en el ojo por la patriada sojera del 2008, con la bendita 125. Pero juro que superé el espíritu revanchista, y poco estoy importándome de aquella coyuntura. Para mí, fue una bisagra en el modelo, para profundizarlo, y recuperar el peronismo de siempre, ese que estaba medio dormido o agonizante, como quieran llamarlo. Pero no es del modelo que quiero hablar hoy.
Sólo quiero comentar dos notas “económicas” que acabo de leer en Página 12. Ni me calenté en comprobar si los “grandes falsificadores” también la reprodujeron. Vamos al grano.
La primera nota: “Porotos por aceite”. Habla como los chinos sustituyeron el aceite cuestionado por razones sanitarias por el grano de soja, pero también aclara que lo que dejó de comprar China lo pasó a importar India, país que aumentó un 140,4 por ciento las toneladas demandadas en los primeros siete meses del año.
Pero la frase que me nocauteó fue la siguiente: Por otro lado, debido a la cosecha record de soja, las cantidades exportadas de la oleaginosa pasaron de 3,4 millones de toneladas en los primeros siete meses de 2009 a las actuales 9,2 millones, lo que representó un aumento de 169,4 por ciento.
La palabra envidia no forma parte de mi diccionario. Pero la indignación consta en mi curriculum, gracias a Dios. Y es indignante que estos hijos de puta que nadan en la soja sigan llorando miseria, sin querer repartir para todos un poquito nomás de todo lo que les está sobrando. Y para ser justo, voy a dejar de lado a los pobres chacareros, dueños de pequeñas extensiones de tierra, que fueron parte también de aquella protesta, pero haciendo el papel de giles, al servicio de los grandes. Espero que se den cuenta que los forrearon, y que pobre no se junta con rico, al menos para salir de la pobreza. Porque hasta ahora, los hombres no superaron ese egoísmo que los hace cagarse en los otros.
Pero aquí viene la segunda noticia, del orden económico, y esa sí me deja de “alma lavada”. No por revanchismo, sino por justicia.
Segunda nota: A la cerealera Cargill le salió un grano.
El Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nº 4 de la Ciudad de Buenos Aires procesó al ex presidente de la cerealera multinacional Cargill y gerente general de la filial de esa firma en Uruguay por una supuesta evasión al fisco que rondaría los 200 millones de pesos, monto por el cual también fueron embargados sus bienes personales. La maniobra fraudulenta por la que se los acusa guarda estrecha similitud con la utilizada por la aceitera Bunge, que habría evadido unos 1200 millones de pesos.
La nota cuenta la matufia que hacían para evadir, vía Uruguay. Nada nuevo para el común de los mortales. Siempre lo hicieron. Pero también siempre gozaron de impunidad. Siempre estos hijos de buena madre tuvieron la inmunidad de sus fueros privilegiados, aquel que habla de un borracho en pedo cuando se trata de un suburbano, y de un “señor alegre” cuando se trata de un respetable ciudadano que vive en San Isidro o en Barrio Norte.
Frente a las pruebas presentadas por la AFIP, la Justicia procesó ayer al presidente del directorio de Cargill, Héctor Orlando Marsili, y al gerente de la filial uruguaya, Javier Gustavo Fernández Rockboer. Además, cada uno recibió un embargo por 100 millones de pesos.
La Justicia. Esa Justicia “a medias”, pero que aún así debe ser respetada y obedecida. Sin dejar de ser criticada y presionada, porque ese es un derecho ciudadano que no nos pueden negar.
Y ahora yo me pregunto, y lo dejo para el que tenga huevos y paciencia para eso: ¿Cómo será que nuestros hidalgos defensores de la libertad dieron estas noticias? Eso si las dieron, porque puede ocurrir que las hayan silenciado. O lo que es peor: terminar acusando a la máquina K. de revancha, perseguición, y otros yerbas.
Y nuestros caballeros mediáticos, los Lanata, Grondona o Majules de la vida, ¿qué opinarán? Ah no, debe de ser invento de la negrada...
Por último, la Gran Señora de los almuerzos, ¿será que no está con miedo de las turbas de hambrientos que pululan por ahí? Ay Dios mío!! ¡Si comienzan a salir todos los podridos de nuestra clase A...estamos perdidos!!! O no tanto así, a juzgar por el pedófilo de Grassi, que además de andar suelto por ahí, y a pesar de haber sido condenado por la Justicia, continúa con la protección de la Santa Madre Iglesia...
No todo lo que reluce es oro, lo sabemos y constatamos en el día a día. Pero también no todo está perdido. Y esa esperanza renace más fuerte cuando vemos que la Justicia de los hombres también llega a veces, aunque tarde, pero segura.
¡¡¡Un buen finde para todos!!! Al final, nadie es de hierro.
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