segunda-feira, 20 de setembro de 2010

LA INCOHERENCIA DE CRUZAR EL CHARCO



Los seres humanos somos hijos de la evolución, sin duda alguna. Si no lo somos por la teoría de Darwin, lo somos por ser organismos en constante mutación, desde nuestras células hasta nuestros pensamientos. La evolución significa dejar cosas viejas y asumir cosas nuevas, permanentemente. Algunos se limitan a hacer una evolución biológica, un día tras el otro. Pero siempre quedan estáticos en sus actitudes y pensares. Son hijos de las rutinas y de los esclerosamientos intelectuales. Otros son seres dinámicos, en continua búsqueda, que no tienen temores de aceptar nuevos desafíos, que no tienen problema en dejar cosas viejas y que no tienen vergüenza de parecer locos o ridículos.

Pero en toda esa evolución, nos hacemos pelota si no conservamos una coherencia. Un hilo conductor. O sea, para yo pensar A ayer y pensar B hoy, tiene que haber una explicación, y una coherencia. Mi cambio de actitud tiene que ser por una razón –valga la redundancia- coherente con mi personalidad, mi forma de pensar. No puede ser un cambio por conveniencia, no tengo posibilidad de “cruzar el charco” sin destrozarme como ser creíble. Lo que el vulgo llama “traidor”. Palabra que no me gusta mucho, porque no siempre el compañero que disiente es un traidor. Generalmente se llama así a aquel que pensaba como nosotros, y ahora no piensa más. Y eso no es traición, obviamente. Pero “cruzar el charco”, eso sí es traición. Traición a uno mismo, a sus principios si los tuviera o a su personalidad si no los tuviera.

Y todo este chamuyo para analizar la conducta de los "progre" que, exclusivamente atrás de proyectos personales, CRUZAN EL CHARCO y se pasan, del campo popular para la derecha oligárquica.
Hay cosas objetivas. Solá fue soldado de Monsanto, no de Perón.Y como si no fuese poco ese pasado histórico, hoy es lambeculos de Biolcatti en la Rural y de Magnetto en el Monopolio mediático. Si algunas de esas cosas tienen algo de peronismo o de progresismo, entonces yo soy un sabio hindú. Y para completar el cuadro de situación, esa foto del dúo con el Papa alemán, símbolo de cuanto de retrógrado puede haber bajo el cielo y la tierra. Muchachos, ¡se les fue la mano!

Conclusión: puede no ser peronista, pero está en el campo popular. Puede no gustarle Cristina o Néstor, y también está en el campo popular. Pero no puede cruzar el charco, y pretender continuar formando parte del campo nacional y popular. Porque o es un idiota útil, o es un traidor. Y no tienen derecho alguno a considerarse líderes de algo serio, cuando están demostrando que son vulgares oportunistas que van para donde creen que va el viento. Y encima sobre eso se equivocan. Las alianzas son válidas, pero no pueden nunca hacerse dejando los principios de lado.
Confiemos que los afiliados del CTA no se bandeen para el otro lado. Hay mucha gente honesta y buena que puede simpatizar con los de la lista 1. Para ellos el alerta de que apoyar la lista 1 es aliarse a Solá, eficiente personero de la Monsanto como Secretario de Agricultura de Menem y luego, fiel apoyo del conflicto agrario comandado por la Multinacional a través de la Mesa de Enlace. Cuidado compañeros, ¿el glifosato dónde queda? Y no me vengan con que una cosa nada tiene que ver con la otra. Porque en política, no existen los compartimientos estancos. Todo está unido en una densa trama, que responden a dos polos opuestos, que nunca se mezclan, como el agua y el aceite. Me refiero a los intereses del colectivo (Bien común) y a los intereses sectarios, que son los grupos de poder que cortaban el bacalao.
Y hablando de poder, ayer leí de alguien una reflexión acertadísima sobre el motivo por el cual tantos jóvenes sub-30 (adoré el nombre) adhieren al kirchnerismo: es que los K enfrentaron y enfrentan al poder podrido de los intereses monopólicos y oligárquicos que llevaron a la Argentina al pozo de 2001. Ahora yo me pregunto: si los jóvenes inexpertos se dan cuenta de esto, ¿cómo es posible que un líder sindical con historia combativa como Víctor de Genaro no se dé cuenta?

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