PRIMAVERA AMERICANA Y A LA CRIOLLA

Hoy es el día de la Primavera en Argentina. Aquí en Brasil es el 23, o sea, dos días después. Ni idea por cuál motivo. Pero no importa. Yo quería escribir sobre la primavera política que está viviendo la Argentina. Ahí me acordé de la Primavera de Praga. Y busqué material. Buenísimo. Pero nada que ver. Además terminó superjodida, con la invasión de los rusos. La dejé de lado. Luego busqué el libro de De Benedetti “Primavera con una esquina rota”. Bien más cerca de lo nuestro, pero también no encaja en el momento que los argentinos están viviendo.

Porque si alguna estación del año refleja el clima político actual que se vive en la Argentina, es la Primavera. Cuando el gris invernal es sustituido por los colores vibrantes de los árboles y de las flores. Cuando las bajas temperaturas se alejan, dejando paso a un clima más ameno. Y por último, la que asociamos a la juventud, y a todos los impulsos vitales que ella conlleva.

¡Cómo no pensar en una primavera política, viendo esa asistencia bullanguera del Luna Park? ¡Cómo no sentir el reverdecer de un compromiso de lucha por lo que es de todos mirando las imágenes de los secundarios en las calles de Buenos Aires, haciendo el futuro? ¡Cómo no percibir que se aleja la tristeza de la injusticia para dar paso a la esperanza de la verdad cuando vemos aparecer al nieto 102 que encontraron las Abuelas?

Sí. Necesitábamos sentir esa esperanza. Necesitamos cerrar la puerta de ese pasado de mierda, pero para ello es preciso que primero se haga justicia, y que los culpables paguen por su culpa. Porque sin ello, la mentira continúa. Y seguimos tirando el polvo para debajo de la alfombra, en lugar de airear la casa y comenzar una nueva vida.

Nosotros vivimos en la denuncia, el escrache o la argumentación para que queden al desnudo las intenciones malsanas del gorilaje. Está correcto, hay que hacerlo. Pero también precisamos mostrar para la gente común el otro lado. El lado positivo de la Argentina que queremos construir, una sociedad justa, una patria libre y un pueblo soberano. Nadie tiene la varita mágica, nadie puede vendernos la receta exacta. Sabemos lo que tiene que ir en esa torta: igualdad, dignidad, equidad, seguridad, comunidad. Lo que no debe ir de ninguna forma: dictadura, monopolio, explotación, desigualdad, injusticia, liberalismo. Las medidas y las formas de cómo ir mezclando los ingredientes, sólo sobre la marcha, en la experiencia sabiamente compartida con otros, y siempre analizada con una buena autocrítica.
Dicen las malas lenguas que nueve meses después del tradicional picnic del Día del Estudiante que se festeja en el día de hoy, nacen una serie de chicos. Eso dicen los envidiosos. Pero sea o no sea verdad, lo que sí es deseable que de aquí a nueve meses (o doce no?) los argentinos consigamos que nazca una nueva realidad, hija de nuestros sueños y de nuestros esfuerzos. Estaremos a un paso de las elecciones del 2011, y ahí sí vamos a saber si parimos un gauchito sano y robusto, o si tenemos que aguantarnos un monstruito, que por la mala calidad de sus progenitores, sería un verdadero aborto de la naturaleza.
¡Buena primavera para todos!