sexta-feira, 3 de dezembro de 2010

CELEBRAR LA MILITANCIA...




No he hablado con mis colegas del MPB, pero estoy seguro que ellos estuvieron en la Plaza del Congreso. Yo, como medio descolgado que estoy, recién tomé conocimiento del evento ahora, por la crónica de Página 12.

Dos cosas: primero, me anoto. Mismo a la distancia, la militancia no es un placer, es un deber (que es también placer, alegría).

Segundo: Más que alegría, la crónica me dio una paz interior, una seguridad muy grande. Porque los que somos un poco más curtidos, sabemos que en los fenómenos sociales, hay mucho de pasajero, volátil. Y con perdón de la imagen, los argentinos son especiales para hacer mucha bulla, pasa el tiempo, y después nada. Podemos recordar que en el 2003, toda aquella efervescencia del 2001 ya se había prácticamente apagado, excepto honrosas excepciones de grupos que continuaron luchando. Pero como fenómeno colectivo, ya había sido. Y fue necesario que vinieran Néstor y Cristina, que dieran vuelta la tortilla, que tuvieran una oposición implacable de los dominadores de siempre, que ahí comenzara a profundizarse el proyecto, y entonces fue surgiendo lentamente, de a poco y sin notarse, un refluir de la militancia, pero medio como en la sordina. Fue necesario que aconteciese la tragedia de la muerte de Néstor, para que todo eso explotase como de una vez, llenando la Plaza y las calles de gente, y de jóvenes especialmente, para asumir un compromiso.

Pero todo eso sin organización, es pan para hoy y hambre para mañana. Nunca conseguimos a nivel de movimiento (excepto el movimiento obrero) una organización que venciese al tiempo. Y ahora es el momento de lograrlo. Porque sin esa organización, no hay avance permanente.

Usando la imagen tan usada en estos días, pueden florecer mil flores. Individualmente, florecerán y marchitarán. Sólo conectadas entre ellas, sólidamente estructuradas, es que serán flores permanentes.

Por eso mi alegría al ver que, la militancia estaba ahí. La tercera pata. Me parece genial. Ella va a contener a mucha gente, que como yo, ni somos obreros para estar en la CGT o en la CTA, ni tenemos aguante para estar en el PJ.

En tercer lugar (y último) un llamado a toda esa militancia que se reunió en la diversidad de la plaza, en varias carpas, con varios referentes, historias, experiencias y también, mentalidades diferentes. Un llamado a la unidad en la diversidad, en el respeto mutuo, en el diálogo. En saber construir entre nosotros esa relación que por el momento es imposible de construir con el adversario, pero nunca deja de ser un objetivo lejano. Pero primero, aprender entre nosotros. A veces, yo leo a algunos compañeros buenísimos de aporte, testimonios excelentes, pero que quedan presos a algunas categorías mentales, sin lograr superar algunas barreras. No se trata de pensar todos igual ni gustar todos de lo mismo. Puede no gustarme 6,7,8. A mí personalmente, muchísimas cosas de la burocracia sindical, NUNCA las voy a admitir ni compactuar. Pero sí perder la animosidad, respetar al diferente, y ser muy consciente de que su aporte, es tan importante como el mío o el nuestro.

¡Adelante, compañeros! Creánme que cuesta vivir estas experiencias a la distancia, pero la piel curtida aguanta. Lo que importa es estar presente, y es lo que estoy haciendo ahora.

Un abrazo y a laburar! Hay mucho por hacer.

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