terça-feira, 7 de dezembro de 2010

¡PRESENTE, COMPAÑERO!

Patrick Rice, cura irlandés desaparecido, exiliado y referente de los derechos humanos al volver del exilio en el 84.

No tuve el gusto de conocerte, pero ambos hicimos el mismo camino desde la autenticidad del mensaje evangélico hacia la simplicidad del pueblo, optando por asumir en el día a día nuestro compromiso con el hombre y sus valores, porque creíamos de verdad que había sido creado a imagen y semejanza de Dios.
Entendíamos que dignidad, libertad, igualdad no eran dogmas a ser recitados sino realidades pisoteadas permanentemente por esta sociedad careta, y que era nuestro deber luchar para rescatarlas.
Dejamos la institución para optar por el Pueblo de Dios. Y con humildad, supimos que éramos felices y plenamente realizados en nuestra vocación al vivir la misma suerte que los marginados y desposeídos.
Hoy, al leer sobre tu homenaje, me acordé de algunos compañeros que ya partieron, que eran "de nuestro palo". Alfredo Kelly, asesinado en la masacre de S.Patricio, y con quien compartiera tantos encuentros pastorales en la diócesis de S.Nicolás. Pablito Gazarri, seminarista de Devoto, que entró como vos a la Fraternidad del Evangelio, y que fue secuestrado y asesinado por las fuerzas de ocupación. Y dos grandes figuras que consiguieron zafar del secuestro o asesinato, pero que fueron íntegros en su testimonio: el cura Morales y el cura Galli. Hoy ya no están en la tierra, pero dejaron su ejemplo y su testimonio.
Por todo eso, hermano, quise prestarte mi sincero homenaje y mi alegría que a partir de hoy, la capilla donde celebraban misa aquellos curas asesinos e hijos de puta lleve el nombre de un cura que optó por ser, simplemente, alguien del pueblo. Como un verdadero hermanito de Foucald.

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