¡CHAU, LOCA!

Quiero aclarar que voy a comentar el artículo de hoy en Página 12 titulado “El ocaso de una experiencia política” escrito por Edgardo Mocca. Pero no es una transcripción, por ello las palabras en negrito son una copia textual, pero están reelaboradas por mí. Espero no haberle cambiado el sentido, apenas he tratado de pasarlas a un lenguaje menos intelectual. De cualquier forma, para leer el artículo es sólo clicar en:

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-151399-2010-08-15.html

Elisa Carrió es el símbolo de una etapa política argentina. La del incendio social, que comenzó en octubre de 2001 y concluyó en la mobilización popular del 19 y 20 de diciembre de aquel año.

En aquella época, con un modo personalizado y mediatizado de hacer política y usando la video-seducción, carente de entramados colectivos y de sustentos ideológicos, Lilita combinaba la denuncia moral contra la clase política en su conjunto con la funcionalidad de esa crisis moral para los proyectos políticos de sectores privilegiados, nacionales y extranjeros .

Fue así que nuestra gran estrella aparecía como la heredera de la centroizquierda republicana. La que tenía el discurso refundacional desarrollado en clave ética. Y así fue la etapa del cenit, desde fines de 2001 a la elección de mayo de 2003.

Y ahí, en 2003, comenzó el derrumbe. Porque ahí comenzó a aparecer bien claro el “estrellismo” de una figura que era (y es) la ideología, la imagen, la estrategia y la táctica de cualquier espacio que la reconozca como referente.

Lo que esta boluda no percibió, es que las estrellas no tienen luz propia. Su luz viene del Sol, que son los proyectos que encarnan. Y cuando la gente se da cuenta que el único proyecto de la “estrella” es mantenerse en el “estrellato”, esa luz se apaga.

Así, nuestra apagada estrella se derechizó. Derechas e izquierdas, pasó a sostener, son cuestiones del pasado que hoy se agitan demagógicamente. Pero se convirtió en la vedette política de la oposición de derecha.

Con una rabia antikirchnerista incondicional, le faltó la grandeza de analizar las cosas desde las cosas mismas, y no desde su despecho personal. Algo que en una líder política es inconcebible. Porque la gente común, que no come vidrio, descubre la verdadera intencionalidad de la “falsa líder”. Lo que le importa no es la gente ni su suerte, sino su propio estrellato.

Ridícula la mina que, llena de mierda hasta el pescuezo entre los excrementos de la clase dominante (sí, sí...no el campo de la bosta, sino la bosta del campo, Mesa de enlace si quieren llamarla), no aprueba las medidas que benefician al pueblo o reparan injusticias históricas, apenas porque fueron promovidas por los K. Vuelvo al comentario del texto del autor, que no carajea como yo.

Es así que nuestra Gorducha constituyó un partido que nunca dejó de ser personal, entendiendo por “partidos personales”, séquitos cambiantes que acompañan la casi siempre frágil y fugaz fortuna mediática de sus jefes.

Y comenzó su vertiginosa caída. Siempre habrá algunas señoras gordas o algunas “cambiantes” como la Bullrich, que le hagan obsecuencia. Pero los votos, se le escapan como Diablo que huye de la Cruz.

Así políticos experimentados como los radichetas, se avivan de que la idea de seguir haciendo política, hacia 2011, con el tono y las consignas de entonces –que hoy siguen siendo las de Carrió y los oligopolios mediáticos– ha dejado de ser una estrategia recomendable.

La situación política, económica y social ha cambiado PERONCHAMENTE. (Casi pongo radicalmente, pero resolví corregirme. Hace tiempo que los radicales pasaron a ser conservadores) La clase política sabe que la Argentina ha salido de la mierda. No pueden aceptarlo o decirlo, porque sería reconocerles un mérito total a los K, pero como no son boludos, entre ellos lo reconocen. Y sus estrategias tienen que cambiar.

Es necesaria una coalición que pueda ganar y gobernar. Y esta boluda de la Lilita no es otra cosa que una figura autoerigida en tribunal moral del partido, pronta a denunciar cualquier gesto que a ella le parezca una claudicación ética. Pero por todas sus actitudes en estos años, hasta los chicos de 5 años saben que esa “loca” no tiene ninguna condición de gobernar ni una Intendencia siquiera.

Por último, consideré acertadísima la disyuntiva expuesta como cuadro de situación para el 2011. Para Edgardo Mocca, 2011 será una ocasión para probar “si la política puede escaparse definitivamente de la jaula de hierro del sentido común cualunquista y antipolítico sistemáticamente construido por los grandes medios de comunicación o seguirá aceptando esas reglas de juego y reduciéndose a la condición de administradora de intereses y proyectos que se incuban fuera de las instituciones democráticas." Personalmente, lo traduciría así: o una construcción política cujo eje es el pueblo, o la mera farsa de que la política sea instrumento servil de los ocasionales grupos de poder.

Lo que sí es seguro es que una de las estrellas fugaces del 2001...no va a brillar para el 2011. ¡Gracias sean dadas a Dios!

Nota: he cuidado de no hacer la mínima comparación de esta boluda con los K, porque creo que no hay comparación posible, sería una ofensa para Néstor o para Cristina.

¡FELIZ DOMINGO PARA TODOS!!