Es fundamental que este gorilaje cavernícola no acapare todo nuestro esfuerzo, porque es necesario que junto con denunciarlos o refutar sus argumentos, nos dediquemos a contruir ese proyecto nacional y popular, que es un proceso dinámico, tremendamente dialéctico. Para avanzar, que es lo que importa.
Para ello, se me ocurren dos cosas que son sumamente importantes, y que tienen a ver con esa palabrita que la mayoría malinterpreta como “el conocimiento de los hechos históricos”. Es que para casi todos nosotros, “historia” era un recitado de fechas, nombres y acontecimientos estereotipados, fuera de contexto, “sin vida”. Como si fuesen un fixture de campeonato de fútbol, o de clubes campeones.
No aprendimos a contextualizar e interpretar la historia. A entenderla. Siempre la deshumanizaron, porque los “héroes” o “próceres” tenían que ser perfectos, impolutos. Y por eso, la historia corre por un lado, y la realidad por otro.
Por eso, la primera cosa es rescatar la historia. Entenderla, dentro de su contexto, para saber qué cosas había en juego en cada proceso histórico. Importa un carajo saber si llovía o no el 25 de mayo. Pero sí es fundamental conocer cuáles eran los posiciones en las que se dividían los representantes del Cabildo, y más importante aún, entender lo qué pensaba y hacía la sociedad de esa época, y los que estaban en la Plaza. Y cuanto más avanzamos en el tiempo, y más cercanos nos volvemos a los tiempos actuales, ese devenir histórico se torna más y más interesante, cautivante. Porque llegamos a la conclusión que la historia siempre se repite, y descubrimos los hilos conductores de la misma. Y ahí entendemos la realidad que nos rodea con una crudeza y con una certeza espectaculares.
Pero la segunda cosa que debemos lograr es divulgar esa historia, para que la gente que no la conoce, pueda tener una idea de cómo fueron las cosas, y entender lo que pasa hoy día. Estoy seguro que si logramos que ese mensaje llegue a todos los que tiene que llegar, conseguimos el apoyo necesario de la mayoría, para defender y avanzar en el proyecto de todos.
Pero la segunda cosa que debemos lograr es divulgar esa historia, para que la gente que no la conoce, pueda tener una idea de cómo fueron las cosas, y entender lo que pasa hoy día. Estoy seguro que si logramos que ese mensaje llegue a todos los que tiene que llegar, conseguimos el apoyo necesario de la mayoría, para defender y avanzar en el proyecto de todos.
Ayer, en el blog del MPB accesé el video “Carta de un obrero militante a su hijo”. Espectacular. Una historia del peronismo contada desde el día a día de una familia obrera argentina. Magistralmente realizada porque además de la fidelidad a los hechos, mantiene la vivacidad de lo que narra, y eso es lo que sirve para iluminar el presente. Que en el fondo, es lo que interesa.
Rescatar del baúl de los recuerdos, con fidelidad histórica pero con realismo humano, las grandes realizaciones de Perón y Eva, es la mejor forma de que nuestra juventud asuma esas banderas como propias, y personalmente creo que es lo que está aconteciendo, y por eso en ese sentido, creo que avanzar es profundizar ese rescate. Para que llegue donde no llegó aún.
¿Curioso, no? Algo que por el proceso normal de las cosas debiera estar superado, sigue estando plenamente vigente. El lenguaje tal vez necesite una adaptación. La ropa, sin duda alguna, cambió bastante. Pero los valores en juego, los sectores en pugna, y el significado de los hechos, es totalmente VIGENTE .
El tercio de población que comprende al garca Biolcati, a la tilinga Legrand o al hipócrita Duhalde y otras yerbas, hay que hacerlo a un lado y no darle bola. Pero el segundo tercio que percibe este proceso histórico tiene que conseguir que el otro tercio de argentinos conozca la historia cómo fue, y no como se la contaron, para estar del lado donde sin duda alguna va a estar. Del lado del pueblo. Esa entelequia que muchos elogian falsamente, u otros ignoran cínicamente.
YO ESTOY SEGURO QUE VAMOS POR BUEN CAMINO, CARAJO!
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