terça-feira, 17 de agosto de 2010

¡NO TIENEN VERGÜENZA!!!





Realmente ¡NO TIENEN VERGÜENZA!

Son como el camaleón: cambian de color conforme la ocasión. Todo lo condicionan a un concupiscente apetito de ponerse la banda presidencial. Sin darse cuenta que con esas desvariadas que se mandan, se hunden cada vez más, en la credibilidad popular. Falta de coherencia, y falta de honestidad. No se dieron cuenta que los “gestos para la gilada” ya no los compra nadie, porque hasta el más gil, está avivado. Y el acercamiento ocasional de hoy, ese flirteo momentáneo, obedece exclusivamente a cálculos y motivaciones mediáticas, no a principios, ideales o proyecto de país. Y cada vez queda más claro que quien no tiene condiciones de “sentir” la realidad que lo rodea, quien no tiene ecuanimidad para emitir juicios sensatos y le falta grandeza de espíritu para reconocer las cosas buenas aunque vengan del adversario, no merece confianza. Porque son malos deportistas, de aquellos que no saben perder.

Esa parejita que se está formando (a lo que parece) no causa miedo, apenas asco. Además de seguir meando fuera del tarro, están más para clínica psiquiátrica y geriátrico que para despachos oficiales.

Los verdaderos opositores, aquellos que debemos desenmascarar y marcar a fuego para que la gente los descubra son las grandes corporaciones, que no le perdonan al modelo K el hecho de haber rehabilitado la política con P mayúscula, sacándola de su área de influencia nefasta y recuperándola para la sociedad.
La mentira tiene patas cortas. Y la gran estafa que “los poderosos” nos quisieron vender en estos dos últimos años, fue siendo desmentida por la realidad, una a una.
No es casual que el Cleto haya caído 50% en su imagen positiva. No es verdad que el glifosato sea inocente, están ahí las aguas contaminadas con arsénico para probarlo. No es verdadera la imagen de Chirolita que le quisieron encajar a Cristina. Tiene los ovarios bien puestos, la tiene más clara que muchos “machos”, y es como la planta que crece en la adversidad. Cuanto más la vapulean, más fuerte se torna.

Y así podríamos seguir desgranando todas las mentiras y sandeces que de mil maneras, la midia intentó venderle a la gente. Pero la realidad fue más fuerte, y uno a uno todos esos castillos medievales llenos de duendes y fantasmas, fueron cayendo.

El triste papel que en este escenario, figuras como Pino, Duhalde, Solá, Reuteman y De Narvaez tienen a bien desempeñar es el de TRAIDORES. No porque se hayan peleado con K, o tengan sus peleítas por el espacio, etc. Nada de eso. TRAIDORES al pueblo, al ideario peronista, al legado de Eva. Se han pasado de campo, y terminan siendo empleaduchos de los OLIGARCAS. ¿O qué otra cosa son Biolcati y Magnetto?

Discurso falso de modernidad, la superación del pasado no está en un cambio de lenguaje sino en un cambio de realidades. Acabar con la injusticia, con los privilegios, distribuir más justamente la riqueza generada por todos, y el concepto de “social” prevaleciendo sobre el de “económico”. Oportunidad para todos, y un entramado de liderazgos que surjan de abajo hacia arriba, y no como en otros tiempos, de arriba hacia abajo.

Hoy Pino, el cineasta de La Hora de los hornos, está entrando en un horno sin hora para acabar, pero en el cual sin ninguna duda va a salir totamente quemado, como para ser tirado a la basura. Son elecciones que a veces hace el propio Ego, envalentonado por fulgores del momento. Hay gente a la cual los holofotes la hacen cambiar. Triste figura, una pérdida a lamentar. Pero la vida continúa, y el monstruo sagrado está ahí enfrente, para ser combatido con una única arma: la VERDAD.

¿O no fue el General quien dijo que...la única Verdad es la realidad?
Y hoy, 17 de agosto, aniversario del fallecimiento, en el exilio, del Padre de la Patria: ¿Qué carajo estará pensando el Libertador de todo esto? Él, que fue un tipo de principios muy íntegros y coherentes, de una integridad total que va desde las máximas para su hija Mercedes, pasando por su primera medida como gobernante del Perú y terminando en ese digno auto-exilio hasta su último suspiro. Sin querer ser adivinos, pero seguramente no debe de estar riéndose. ¿O sí? ¡Vaya uno a saber!

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